Jugar a la ruleta rusa tiene un costo, aun cuando no nos toque la bala.
Es el costo de la exposición.
Exponerse a un juego que te puede costar caro no es gratuito.
Pararse en la cornisa y sentir la nada debajo de los pies nos pone en una posición completamente vulnerable, pero a la vez en control de la situación.
Qué pasa por el cuerpo y la cabeza de alguien que se presta a ser vulnerable para saber (para averiguar) si realmente tiene el control??.
Puede que en el fondo creamos, sepamos, que siempre vamos a caer bien parados, y solo por esa razón saltamos. Seria entonces una falsa vulnerabilidad, fulbito pa la tribuna.
O tal vez es al revés, tal vez sabemos que a fuerza de exponernos eventualmente caeremos al vacío, y es eso lo que buscamos. Nos arriesgamos constantemente porque estamos buscando que pase lo que teóricamente queremos evitar. ...Puede ser. ...Me reconozco en ambas.
La otra posibilidad, y por la que me inclino que ocurre la mayoría de las veces, es que en verdad no nos importe lo que pase.
La exposición constante no es más que autodestrucción. La autodestrucción no es más que una destrucción vivenciada anteriormente y reeditada por nosotros mismos cuando nos sentimos desamparados, buscando simplemente sentir algo conocido.
Aprendimos todo al revés señoras...
Momento de aprender de nuevo...